Un héroe para una tragedia


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La complejidad e intensidad de The Wire, serie por antonomasia de David Simon y casi podría decirse que de HBO y de la televisión del siglo XXI, exigía, y exige en sus infinitas e inabarcables relecturas y visionados, una atención y una predisposición que no todo espectador estaba dispuesto a aceptar. Eso lo sabía muy bien Simon, de ahí su frase lapidaria y reveladora “que se joda el espectador medio”. Y lo supo también con sus dos óperas primas, Homicide y The Corner, y con la minuciosa Treme, aquella que recuperaba el dolor que supuso para Nueva Orleans el huracán Katrina, y que exigía un amor por la ciudad y por la música jazz que no todo el mundo conoce ni admira. Esas y otras razones explican sus bajas cotas de audiencia, especialmente en el momento de su emisión (posteriormente, salvo rara excepción, sus series se convierten en productos de culto). Pero con Show me a Hero la historia cambia. Sigue leyendo